a los
participantes en Festival de la Doctrina Social de la Iglesia
Radio Vaticana,
30-11-20
Una granada
plantada al mismo tiempo en todas las ciudades conectadas, abre "Memoria
del futuro", la décima edición del evento creado en 2011 por Monseñor
Adriano Vincenzi, fallecido en febrero, difundido por primera vez en toda
Italia.
Alessandro Di
Bussolo y Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
Será el primer
Festival nacional de la Doctrina Social de la Iglesia sin monseñor Adriano
Vincenzi, el sacerdote veronés, por años guía de la Fundación Toniolo, el
centro diocesano de investigación social, que fundó el Festival y durante nueve
ediciones fue su principal animador. Mons. murió a la edad de 68 años el 13 de
febrero de este año. Esta Festival será también el primero en difundirse, ya no
sólo en Verona, sino como soñaba el prelado, que esté dirigido a toda Italia.
En efecto, hace un año Monseñor Vincenzi, Don Adriano para las más de 20.000
personas de toda Italia y del resto del mundo que participan cada año a finales
de noviembre en el evento que creó en 2011, había cerrado la novena edición del
Festival con la esperanza de ampliarlo a diez ciudades en 2020.
Mensaje del Papa
Francisco
El Papa Francisco
dijo a los participantes que este Festival quiere, con su metodología creativa,
iniciar una confrontación entre sujetos diferentes en su sensibilidad y en su
acción, pero convergentes en la construcción del bien común. Y recordando a
Mons. Vincenzi, el Papa mencionó su última encíclica: “Queremos recordarlo en
el rasgo distintivo de su servicio con palabras que están en armonía con lo que
escribí en mi última encíclica Fratelli Tutti: "es una gran nobleza poder
iniciar procesos cuyos frutos serán cosechados por otros, con la esperanza
puesta en el poder secreto del bien que se siembra".
Memoria del futuro
Este año el tema
que han elegido es "Memoria del futuro". Suena un poco extraño, pero
es creativo, afirmó el Papa, y añadió que el tema invita a esa actitud creativa
que podemos decir: "frecuentar el futuro". “Para nosotros los cristianos, el futuro
tiene un nombre y este nombre es "esperanza". La esperanza es la
virtud de un corazón que no se cierra en la oscuridad, no se detiene en el
pasado, no vive en el presente, sino que sabe ver el mañana". ¿Qué
significa el mañana para nosotros los cristianos? Es la vida redimida, la
alegría del don del encuentro con el amor trinitario. En este sentido, ser
Iglesia significa tener una mirada y un corazón creativo y escatológico sin
ceder a la tentación de la nostalgia que es una verdadera patología
espiritual”.
El Papa dijo
además que la “dinámica de los cristianos no es retener el pasado con
nostalgia, sino más bien acceder a la memoria eterna del Padre y esto es
posible viviendo una vida de caridad. Por lo tanto, no es la nostalgia la que
bloquea la creatividad y nos hace personas rígidas e ideológicas incluso en las
esferas sociales, políticas y eclesiales. Más bien, la memoria está tan
intrínsecamente ligada al amor y a la experiencia que se convierte en una de
las dimensiones más profundas de la persona humana”.
"Todos hemos
sido generados a la vida en el Bautismo. Hemos recibido el don de la vida que
es la comunión con Dios, con los demás y con la creación. Por lo tanto, estamos
llamados a realizar la vida en comunión con Dios, es decir, en la intimidad de
la oración en la presencia del Señor, en el amor a las personas que
encontramos, es decir, en la caridad, y finalmente, en relación con la Madre
Tierra, lo que indica un proceso de transfiguración del mundo. Y la vida
recibida como un don es la vida misma de Cristo, y no podemos vivir como
creyentes en el mundo a menos que manifestemos su vida misma en nosotros.
Injertados en la vida del amor trinitario nos volvemos capaces de la memoria,
de la memoria de Dios. Y sólo lo que es amor no cae en el olvido precisamente
porque encuentra su razón de ser en el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. En este sentido toda nuestra vida debe ser de alguna manera una liturgia,
una anamnesis, una memoria eterna de la Pascua de Cristo".
Vivir la memoria
del futuro
Así que aquí está
el significado del Festival de este año, dijo Francisco, vivir la memoria del futuro significa
comprometerse a hacer de la Iglesia, que el gran pueblo de Dios (LG, 6) pueda
ser en la tierra el principio y la semilla del reino de Dios. Vivir como
creyentes inmersos en la sociedad manifestando la vida de Dios que recibimos
como regalo en el Bautismo para que podamos recordar ahora esa vida futura en la
que estaremos juntos ante el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Esta actitud nos ayuda a superar la tentación
de la utopía, de reducir la proclamación del Evangelio a un simple horizonte
sociológico o a dedicarse a la comercialización de diversas teorías económicas
o facciones políticas. En el mundo con la fuerza y la creatividad de la vida de
Dios en nosotros: así sabremos fascinar el corazón y los ojos de la gente con
el Evangelio de Jesús, ayudaremos a hacer fructíferos los proyectos de la nueva
economía y política inclusiva capaz de amar.
Constructores de
puentes
El Pontífice por
último se dirigió a los diferentes actores de la vida social reunidos con
ocasión del Festival: al mundo de los empresarios, de los profesionales, de los
representantes del mundo institucional, de la cooperación, de la economía y de
la cultura, y les dijo que continúen comprometiéndose siguiendo el camino
que Don Adriano Vincenzi ha trazado con ellos para el conocimiento y la
formación en la Doctrina Social de la Iglesia. "Constructores de
puentes: los que se reúnen aquí no encuentran muros sino rostros".
El tema de la
edición
"Memoria del futuro", explican los
organizadores "encuentra en el granado muchas sugerencias". De hecho
"es una planta presente desde el principio de la historia de la humanidad,
recuerda el poder de la vida; está bien enraizada en la tierra, sus raíces son
fuertes, su fuerza es sinónimo de tenacidad en las dificultades; ofrece refugio
y sus frutos, con numerosos y diferentes granos, nos habla de una riqueza en la
diversidad".
La granada, árbol
símbolo de la doctrina social
En la mañana del
23 de noviembre 24 ciudades italianas plantaron un árbol de granado, símbolo de
la doctrina social de la Iglesia. Desde Acerenza hasta Treviso, así como
Verona, por supuesto, en estricto orden alfabético, en un lugar elegido de
acuerdo con las administraciones locales, se plantará esta planta típica de
Oriente Medio.
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