S. E. Mons. Giampaolo
Crepaldi
El Santo Pdre
Benedicto XVI ha vuelto ha tratar el
tema de la libertad de religión en la reciente Exortaciòn apostòlica “Ecclesia
in Medio Oriente”, dedicandose sobre todo a los párrafos 25 y 27, a los que es
necesario añadir los párrafos 29 y 30 relativos a la laicidad y a los
fundamentalismos. Ambos bloques de parrafos estan disponibles en la
secciòn”Documentos” de nuestra pagina web. Sobre la base de estas enseñanzas de
el Papa y de otras precedentes quisiera proponer algunas observaciones para
profundizar y debatir.
Indudablemente la
libertad de religión es un derecho natural de la persona humana. El Magisterio
ha enseñado con anterioridad que es, en un cierto sentido, el primero y
principal. Afirmar que dicha libertad es un derecho natural significa que es
precedente a la elecciòn de una u otra religión. Cada hombre tiene el derecho
de elegir su religión, aquella que considera la “verdadera religión”. Este
hecho contiene un peligro. Puede inducir a pensar que la elección de una u otra
religión es indipendiente de la libertad de religión, y que serà igualmente
conservada y corroborada indiferentemente de la elección concreta por una u
otra religión. La libertad de religión estarìa antes e independientemente de la
elección concreta por una u otra, que el fiel deberìa hacer posteriormente,
entonces, la elecciòn, por ejemplo, de el cristianismo o por el budismo, no
tendrìa repercusiones en la libertad de religiòn, que seria igualmente
confirmada en los dos casos.
Afirmar esto – es
decir la indiferencia de la elección por una u otra elección respecto a la
libertad de religión- significa tambien renunciar a la “verdad” de las religiones.
Si el hombre queda libre de todas formas, independientemente de la religion que
elige, significa que todas las religiones son igualmente verdaderas. Todas, de
hecho, respetan su libertad. No existen religiones que, al elegirlas,
comprometen la libertad humana o al menos la cpntaminan o reducen. “La verdad
os hará libre”: pero si la libertad existe antes de el encuentro con las
religiones y de la elección por una de ellas, no puede ser la verdad de la
religión elegida la que nos haga libre.
La doctrina cristiana
siempre ha diferenciado entre el “libre albedrio” y libertad. El primero es la
pura facultad de elegir. El segundo es la elección concreta de el bien. Quien
de hecho elige el mal pierde su libertad, aunque mantenga el libre albedrio. Se
puede decir que es esclavo de si mismo. La elección de el bien, es decir, la
verdadera libertad, puede ser hecha a la luz de la razón. Pertenece a la
Revelacion la idea de que el hombre tiene esta facultad: en su conciencia
racional encuentra la luz de el bien y el mal. Esta luz, sin embargo, se empaña
a menudo y después de la caída de nuestros progenitores, se engaña y desvía de
el justo camino. Sin la fe cristiana esta luz se pierde. En otros terminos: la
razón no es capaz, ella sola, de dar al hombre su libertad, aunque este la
tiene por naturaleza. Para hacer esto se necesita la ayuda de la revelación y
de la fe.
Como se ve no es
posible que las religiones sean equivalentes al confirmar y corroborar la
verdadera libertad humana. En la elección de una religion en lugar de otra el
libre albedrío queda intacto, pero no la verdadera libertad. Esto porque no
todas las religiones son igualmente verdaderas, si no que solo una es
verdadera. Y solo esta permite verdaderamente ser libres. Todas las religiones
permiten ser libres, pero solo una permite serlo verdaderamente. De hecho no se
es libre si no según la verdad.
Volvemos entonces al
problema que nos hemos planteado al inicio. La libertad de religion no quiere
decir que cualquier elección religiosa confirma y verifica la libertad de
religión. Estariamos de lleno en el relativismo religioso, que Benedicto XVI ha
claramente condenado tambien en la “Ecclesia in Medio Oriente”. Quiere decir
que la libertad religiosa es un derecho natural y que entonces no se puede imponer
por la fuerza una religion particular. Pero aquel derecho natural no es simple
libre albedrio, no es indiferente, si no que se nutre de verdad y de bien, solo
la verdadera religion puede darle plena respuesta. Solo esta hace
verdaderamente libre. Si por una parte es justo reconocer la libertad de
religion, por otro lado debemos reconocer que hay religiones que, una vez
elegidas, la reducen.
Si se piensa a la
libertad solo como libre albedrio, entonces la libertad puede ser ejercitada
tambien sin tener relaccion con la verdad. Pero si se piensa a la libertad come
un derecho cuyo ejercicio esta relaccionado con el bien, entonces la libertad
no existe fuera de la relaccion con la verdad. Si no existe fuera de la
relaccion con la verdad quiere decir que tienen relaccion desde el inicio y no
después. Entonces tiene que ver tambien con Dios y por consiguiente con la
religion. El verdadero nexo verdad-religión se presenta desde el inicio y con
él también el nexo entre libertad y religión verdadera.
Newsletter n.420 | 2012-09-27
Osservatorio Internazionale Cardinale Van Thuân
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