sábado, 15 de septiembre de 2012

Diagnóstico sobre la Argentina



 un anno terribile contro la vita e la famiglia

Daniel Passaniti



En el contexto de América Latina, en el que aparece como principal emergencia la de reivindicar el modelo auténtico de familia, centraremos este breve informe referido a Argentina en dos puntos o aspectos que nos parecen de vital importancia por cuanto están relacionados con la célula básica de la sociedad, esto es, la Familia o “iglesia doméstica” de la cual depende en gran parte la nueva evangelización. Ellos son: En los últimos años la Argentina ha vivido, y vive, una etapa de cambios profundos y radicales en materia de derechos individuales, los que representan un virulento ataque a los principios y valores cristianos sobre los cuales ha forjado su identidad como Nación.

A las leyes de matrimonio igualitario, baja en la mayoría de edad, libre acceso al historial clínico, identidad de género y muerte digna, se suman varios fallos de la Corte Suprema de Justicia y el proyecto de ley de reforma del Código Civil, que hacen de la Argentina un país que está en la vanguardia reformista en esta materia, pero que a la vez reniega de sus propias raíces fundacionales.

Sin duda alguna, en materia de respeto a la vida y a la familia la Argentina ha experimentado un marcado y peligroso retroceso. En efecto, la exaltación y la difusión mediática de criterios relativistas de autosuficiencia así como de la denominada “ideología de género”, en desmedro de los auténticos valores humanos y cristianos, se han plasmado en la consideración de diversos proyectos legislativos.

A título ilustrativo cabe citar el denominado y publicitado como “muerte digna”, normativa en la cual se propicia y admite la “eutanasia pasiva”al permitir que en determinadas condiciones, ciertos pacientes, sus derechohabientes o sus representantes podrán “rechazar procedimientos de hidratación o alimentación” para mantener con vida a los primeros.

Se ha abordado también el tratamiento de la “fecundación asistida”, proyecto que cuenta con media sanción por parte de la Cámara de Diputados. El mismo permite la manipulación genética al admitir la validez de “todo procedimiento con asistencia médica tendiente a la consecución del embarazo”. A la vez propugna que “el sector público de salud, las obras sociales enmarcadas en las leyes 23.660 y 23.661, la Obra Social del Poder Judicial de la Nación, la Dirección de Ayuda Social para el Personal del Congreso de la Nación, las entidades de despenalización del aborto en caso de violaciones y de la tenencia de marihuana para consumo personal.

Para algunos éste es un avance importante en materia legislativa y social por cuanto representa el necesario aggiornamiento que exigen los tiempos y los grandes cambios culturales acontecidos en las últimas décadas, otros también lo respaldan por cuanto afirman se trata de tolerancia y respeto por las minorías y por los derechos individuales.

Lo cierto es que esa “tolerancia” y ese “respeto” no hacen más que ratificar lo afirmado hace tiempo ya por el Cardenal Joseph Ratzinger, esto es, que “el relativismo parece presentarse aquí como la verdadera filosofía de la humanidad; este hecho le otorga visiblemente (…) una fuerza ante la que parece que ya no cabe resistencia alguna. Quien se resiste, se opone no sólo a la democracia y a la tolerancia –es decir a los imperativos básicos de la comunidad humana (…) Quien desea permanecer en la fe de la Biblia y de la Iglesia, se ve empujado, de entrada, a una tierra de nadie en el plano cultural(…)”


Newsletter n.416 | 2012-09-14

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