lunes, 26 de marzo de 2012

Enrique Shaw, un argentino ejemplar



El 27 de agosto de 2012 se cumplen 50 años de la muerte de este poco conocido argentino, poseedor de virtudes lo hacen merecedor de nuestro reconocimiento y cuya trayectoria es digna de ser imitada.

Fue un modelo de integridad humana, riqueza espiritual y entrega a Dios. Hombre de fe y de acción. Dejó su sello en los numerosos ámbitos en que se desenvolvió y en las obras que emprendió, como fundador o como impulsor.


Se desempeñó en variados campos y organizaciones tales como la Universidad Católica Argentina, la Acción Católica, Caritas. Sin embargo su principal acción la desarrolló como empresario dedicando especial atención a los intereses y necesidades de los obreros, promoviendo criterios de avanzada para la época como por ejemplo la institución del salario familiar.


En consonancia con ello, una de sus iniciativas más trascendentes fue la creación de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), en 1952, para difundir las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia en el ámbito empresarial.


Estudiante distinguido, marino abnegado, padre amoroso y ejemplar, amigo jovial, empresario exitoso y sensible, permanente difusor de la fe cristiana, ciudadano comprometido y solidario, heroico ante la inminencia de una prematura muerte a los 42 años, volcó en numerosos manuscritos su pensamiento piadoso y profundo.


Durante la década de los ’90, desde ACDE se dan los primeros pasos para promover la causa de canonización. El Proceso de Canonización fue abierto en 2005 en la sede del arzobispado de Buenos Aires. Los testimoniales de sus virtudes cardinales y teologales conforman un trabajo de más de 400 páginas. Durante el 2012 se enviará todo el material a la Congregación de las Causas de los Santos en el Vaticano.


Existen numerosas biografías y publicaciones que exponen su personalidad y sus cualidades. Una de las de más breves y de fácil acceso, sintetiza: “Dotado de una gran vocación de servicio, durante su corta vida luchó incansablemente por mejorar las condiciones laborales de los obreros; su ferviente misión era ‘humanizar la empresa’. Benevolente, paciente, amable, siempre estuvo atento a las necesidades de la gente, irradiando el amor a Cristo.” (ENRIQUE SHAW. Un empresario santo de nuestro tiempo. Contratapa. Benito D. Spoletini. Ed. San Pablo. Colección Misioneros del Reino. Bs. As. 2004).


Dentro de la bibliografía más destacada están: Enrique Shaw, notas y apuntes personales de Adolfo Critto, Enrique Shaw y sus circunstancias de Ambrosio Romero Carranza y Mensajes del siervo de Dios Enrique Shaw de Fernán de Elizalde.


Héctor Alvarez de Igarzábal
ACDE ROSARIO


www.acde.org.ar/







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